miércoles, 29 de octubre de 2014

La gran guerra dibujada

A principios del siglo II, después de Cristo, el emperador Trajano mandó construir un complejo urbano en la ciudad de Roma, este incluía un mercado y un foro. El complejo fue rematado con una columna que mostraba, con la ayuda de dibujos esculpidos sobre el mármol de Carrara, la crónica de la campaña y la victoria de Trajano sobre los Dacios. Esos dibujos en relieve, "enrollados" en la columna de Trajano, es uno de los referentes que demuestran la presencia de la narración gráfica desde tiempos antiguos.

También es referente claro de la prehistoria de la historieta el tapiz de Bayeux, un lienzo bordado del siglo XI y de casi 70 metros de longitud que describe la conquista de los normandos sobre Inglaterra, y que finalizaría con la batalla de Hastings. Es a partir, y de manera más directa, de este referente que parte Joe Sacco para elaborar su obra de La Gran Guerra (Penguin Ramdom House, Barcelona, 2014). Es clara la influencia del tapiz de Bayeux y Sacco lo menciona en sus notas introductoras al libro.



La Gran Guerra es una narración gráfica que describe los acontecimientos del primer día de la batalla del Somme (el 1 de julio de 1916), que fue la más larga y sangrienta de la Primera Guerra Mundial –20.000 soldados británicos murieron y 40.000 quedaron heridos en el primer día–. El libro está construido a la manera del tapiz de Bayeux pues se trata de una sola pieza dibujada, de más de siete metros de longitud, y que permite su formato de libro gracias a que está doblado en forma de acordeón.


Sobre la Primera Guerra Mundial se han hecho otros trabajos importantes en historieta, en particular las obras de Jacques Tardi: La guerra de las trincheras y la posterior ¡Puta Guerra! Joe Sacco reconoce estos referentes en la introducción de su obra y argumenta la necesidad de hacer algo más, quizás diferente, a lo que el francés Tardi ya había escrito y dibujado. Por eso la emprende con un solo cuadro, de más de siete metros, en donde describe solo con la ayuda de sus dibujos el primer día del Somme: la preparación del ejército británico, en donde vemos como primer referente al general Douglas Haig (conocido como “el carnicero” del Somme); los caballos tirando las carretas con el avituallamiento o las baterías de cañones de diferentes calibres; la línea final del ferrocarril y la  entrega de armas y raciones de comida a los soldados; la construcción de las trincheras y la llegada al frente de las diferentes compañías del ejército británico; los aviones de reconocimiento y los primeros disparos de cañón hacia las líneas alemanas. Después de una noche, que también es dibujada, en donde podemos apreciar la llegada de la caballería india, empiezan los movimientos de hombres dentro de las trincheras mientras los cañones rugen con más intensidad sobre las líneas enemigas, tratando de aniquilar la mayor cantidad de alemanes para permitir que la ofensiva de los soldados británicos sea más efectiva. Se imparte ron entre las tropas para incentivar el valor y salen los primeros soldados británicos de las trincheras; se intensifica el ataque de los cañones y también se activan las baterías alemanas, en defensa de sus posiciones; vemos las primeras bajas en una escena que se convertirá en toda una carnicería.


Los momentos finales del largo dibujo de Joe Sacco nos recuerda las verdaderas consecuencias de la guerra: la larga fila de heridos que salen de las trincheras, después de su fallido ataque; las legiones de mutilados, que no dan abasto en los improvisados puestos de cirugía detrás de las líneas del frente y los muertos, que se acumulan en una sucesión casi interminable, y que es necesario enterrarlos de inmediato para prevenir muchos más males. Las cruces se van colocando, una vez cerradas las tumbas, una al lado de la otra en una serie que solo es interrumpida por alguna que otra estrella de David.

Joe Sacco ya nos ha mostrado los colores de la guerra en otros conflictos, como en Palestina y en la guerra de Yugoslavia, y lo ha hecho con gran maestría, con sus dibujos y apuntes, pero más en tono de periodismo de guerra. En La Gran Guerra esos logros en las obras anteriores de Sacco no se pierden, todo lo contrario porque se ven aumentados por un dibujo aún más logrado y detallado y, sobre todo, por el formato en que lo presenta. Al abrir los más de siete metros de este “tapiz” la impresión de estar presenciando todo un cuadro de la batalla del Somme se muestra de una enorme potencia.



La introducción al “tapiz” de Sacco viene en una cartilla que cuenta con un ensayo, acerca de la batalla del Somme, del historiador Adam Hoschschild, además de la descripción de algunas imágenes que aparecen en los más de siete metros de narración dibujada y que, obviamente, son el complemento perfecto para su lectura.

Antes se podía decir que la narración dibujada tenía un gran potencial, con La Gran Guerra de Joe Sacco, al igual que con otras obras recientes de algunos grandes autores del cómic contemporáneo, se puede decir que ya ha alcanzado ese potencial. La Gran Guerra amplía las fronteras de la narración dibujada y conserva, aún más que otras obras, su relación directa con referentes tan antiguos de la cultura y la civilización humana como la columna de Trajano y el tapiz de Bayeux.

Álvaro Vélez (truchafrita)

viernes, 3 de octubre de 2014

Edición ciento diecisiete y ciento dieciocho

Cruza los dedos, junto con nosotros, para que en el año 2015 podamos editar la recopilación de 130 ediciones de Robot. Será un libro hermoso, que recogerá más de un década (doce años) de historietas publicadas en la pequeña, pero buena y honrada, Robot. Vamos, cruza los deditos para que salga y podamos disfrutar todos de un libro digno del esfuerzo de años.
Bueno, mientras tanto volvámonos al año 2013 para revivir vergüenzas, alegrías, decepciones, tristezas y dos ediciones de la gacetilla Robot: las ediciones 118 y 119 (de junio y noviembre de 2013, respectivamente).
No vamos a decir nada más, disfruten de estas dos nuevas ediciones en digital y soñemos juntos con el gran libro recopilatorio.