En un duelo de ingenio, típico de
grandes artistas con inflados egos, y aprovechando una visita al Museo del
Padro, en este caso acompañados de periodistas y del séquito de ambos genios,
Jean Cocteau preguntó a Salvador Dalí que, en caso de incendio, qué salvaría
del Museo del Prado. Dalí quedó pensativo y retrocedió ante la pregunta que
intuyó como una trampa de Cocteau, éste en cambio se apresuró a contestar que
él salvaría el fuego. Sabiendo Dalí que frente a la prensa, y a la respuesta de
Cocteau, no podía quedarse corto se hizo el que reflexionaba un momento (porque
la respuesta, según él, ya la tenía pensada hacía mucho tiempo), atinó a
contestar que Dalí se llevaría el aire, y el aire específicamente contenido en Las Meninas de Velázquez, que es el
aire de mejor calidad que existe. Ante tal respuesta Cocteau inclino su cabeza
y reverenció la maravillosa ocurrencia del pintor español.
Esta anécdota la relata el mismo
Salvador Dalí en la emisión (de 1977) del programa de televisión española A Fondo, que era dirigido y presentado por Joaquín Soler Serrano. En ese programa
fueron entrevistados, entre 1976 y 1981, grandes figuras del arte y de las
letras de Hispanoamérica (cabe destacar la participación de figuras como Juan
Rulfo, Julio Cortázar o Ernesto Sábato, entre otros). Pero hacia donde quiero
ir con la anécdota de Dalí es hacía Velázquez y, específicamente, la que ha
sido considerada como la gran obra de la pintura española Las Meninas. La historia que relata Dalí no es más que un sólo
gesto de admiración de los cientos o miles que existen a cerca de la obra de
Diego Velázquez, una forma más de comprobar dicha admiración y reverencia hacia
el genio sevillano se da en forma de historieta, con la publicación de Las Meninas, una novela gráfica escrita
por Santiago García y dibujada por Javier Olivares (Astiberri Ediciones,
Bilbao, 2014).
La novela gráfica, de García y
Olivares, nos lleva por un extenso recorrido en donde vamos a poder ver el
ascenso del pintor Diego Velázquez hasta alcanzar su anhelado sueño: llegar a
la corte del rey Felipe IV, pero el relato no se queda ahí, pues la novela
gráfica nos va a conducir también hacia su obra máxima, de qué forma llega a
realizarla, cómo llega hasta allí y cómo construye, a través de un espejo, una
de las más grandes obras de la pintura universal.
La novela gráfica Las Meninas explora también la forma
en que el cuadro ha obsesionado, influenciado y atraído poderosamente a grandes
artistas, desde Picasso, hasta el grupo de pop art español Crónica y pasando,
obviamente, por figuras como Salvador Dalí. Entonces, con estos elementos, la
narración en la novela gráfica no es del todo lineal pues el hilo conductor: la
vida de Velázquez y su encuentro final con su obra maestra, está interrumpida
en ocasiones por las obsesiones de pintores y artistas con el cuadro en
cuestión, además existen flash back hacia
la juventud de Velázquez y apartes de la vida cortesana del siglo XVIII,
haciendo de la narración un relato rico en matices e, incluso, lleno de
simbolismos con respecto a la época y a la vida de pintor y su obra.
Si a esa narración rica en
alamedas, callejones y pasadizos, le sumamos el dibujo de Olivares la obra
destaca de entre el montón. Se trata de un dibujo con un pincel suelto, lo que
maximiza la pureza y la fuerza de lo que se quiere contar, además el simbolismo
y la época quedan muy bien plasmados con ese pincel que a veces es más grueso y
desparpajado. Claro, Olivares también se ha permitido cambiar el registro
estético de su historieta en algunos apartes de la narración, y no sólo
estético sino también del montaje, de la configuración de las viñetas y del uso
de otras técnicas que, hecho aquí de manera absolutamente consciente y sin
excesos, contribuyen enormemente a que Las
Meninas sea una novela gráfica aún más apreciable.
Por todas estas cualidades estéticas y narrativas, por tratarse de un tema trascendente para el arte universal y por ser, de hecho, construido con cuidado y maestría, la novela gráfica Las Meninas fue galardonada en el año 2015 con el Premio Nacional de Cómic, en España. Es una obra a la altura de lo que narra, es una demostración más del poder de la historieta cuando de tratar temas tan apasionantes como universales y, por supuesto, tan grandiosos como es la vida y obra de Diego Velázquez. Esta novela gráfica de Las Meninas es un espejo más por el cual se puede reflejar Velázquez, uno más después de aquel primer espejo que le permitió retratarse al lado del rey Felipe IV, un truco que no sólo le valió ese gran honor en su momento sino todos los honores del arte universal hasta la eternidad.
Álvaro Vélez (truchafrita).
Originalmente en la Revista Universidad de Antioquia, 325 (jul-sep de 2016).
Originalmente en la Revista Universidad de Antioquia, 325 (jul-sep de 2016).
2 comentarios:
¿VeláSquez?
Tiene usted toda la razón. Ya le pongo la "Z" a todo el gran Velázquez. ¡Gracias!
Publicar un comentario