Y si ya imaginaba antes de venir aquí lo que puede
pasarle a alguien que cree tener todo el poder y al
llegar
me lo había encontrado sin grandes sorpresas. ¿Qué le
pasará a una persona que cree no tener ningún poder?
Joe
Sacco - Palestina
El cómic
independiente norteamericano, la punta de lanza de la historieta de estas
últimas tres década, es abundante en obras de una muy cuidada factura que,
además de romper las tradicionales fronteras a las que nos tenía acostumbrado
el cómic, ofrece formas y contenidos que permiten una lectura que puede ser
disfrutada no sólo por los fanáticos de la narración dibujada, sino por un
público más amplio que, en muchas ocasiones, ha visto el cómic como una lectura
reservada a la infancia. Daniel Clowes con sus historietas intimistas, que nos
revela un lado más cercano y humano, más allá del “sueño americano”; Harvey
Pekar, con una visión muy personal y autobiográfica de las grandezas del ya
típico perdedor; Chirs Ware y sus obras de un diseño preciosista, que frena
antes de llegar al manierismo; James Kochalka con una historieta también
autobiográfica, basada en los pequeños momento sublimes que surgen de la, en
muchas ocasiones, aburrida cotidianidad o Art Spiegelman con sus grandes temas acerca
del holocausto nazi y, su más reciente obra, sobre sus vivencias y cercanía con
los instantes mismos y los acontecimientos que sucedieron inmediatamente
después a la caída de aquellas torres gemelas. De esta misma cantera de autores,
que ven en el cómic un medio completamente valido para narrar sus historias,
surge Joe Sacco quien se sirve de la narración ilustrada para crear un
verdadero documento de realidades poco retratadas por otros medios de
comunicación.
Joe Sacco es
ante todo un periodista (de formación y profesión), pero ha tenido la
desafortunada suerte de encontrarse con la historieta y lo que podían haber
sido reveladoras crónicas y fotografías de guerra se han convertido en un
laborioso trabajo de meses, dibujando y narrando sus correrías por conflictos
bélicos de orden mundial. Dos novelas gráfica dan cuenta del trabajo de Joe
Sacco con lo que podríamos llamar reportería en cómic: Palestina (Palestine,
2001. Inicialmente seriada en nueve comic books entre 1993 y 1995, y luego
recopilada en un tomo) y El
Mediador (The Fixer: A Story from Sarajevo, 2004).
En la primera novela el autor nos sitúa en el conflicto entre palestinos e israelíes,
pero en esta ocasión son los primeros lo que llevan la voz cantante pues,
imagina uno como lector, Israel ya tienen todo el espacio televisivo, radial y
de prensa, y es apenas justo que los palestinos tengan, al menos, un libro en
cómic que hable de sus perdidas en ese ya casi eterno y absurdo conflicto. Palestina es una novela gráfica que
cuenta las tragedias, abusos y violaciones de un pueblo sometido a la fuerza
por un invasor. Aquí la antigua victima es ahora el desfachatado verdugo y en
medio del problema palestino-israelí está Joe Sacco, tomando fotografías como
cualquier reportero gráfico. El autor nos lleva a un viaje al interior de los
campos de refugiados: la vida de los sometidos, sus costumbres y sus quehaceres
en medio de la brutalidad de los colonos y soldados judíos, las estancias en
las humildes casas, el infaltable té alrededor de los relatos de resistencia
antes y después de la intifada
de finales de los años ochenta.
No contento con un relato de guerra o, quizás, seducido por esa suerte de adicción que contrae todo periodista que cubre conflictos bélicos, Sacco nos lleva de Palestina a la ya extinta Yogoslavia para seguirlo mientras trata de comprender el conflicto entre Serbios y Musulmanes, durante los últimos meses de la guerra. Mientras seguimos a Sacco, por una Sarajevo destruida por el conflicto, el autor trata de seguir a Neven, su guía, que a fin de cuentas es El Mediador, un veterano de guerra que sobrevive de la astucia en un territorio en donde la vida a salto de mata es la ley. Joe Sacco, el periodista, es seducido por la personalidad de Neven y se sirve de éste para contar su visión del conflicto, al mismo tiempo el mediador se usufructúa de Sacco para seguir sobreviviendo. El periodista se vale de las historias de su guía para contar cosas que, quizás, son mentira –como le advierten al periodista en contadas ocasiones– pero es innegable que Sacco es un viejo zorro, al igual que Neven, y no es tan fácil engañarlo. Dos personalidades en conflicto: cada uno tratando de sacar beneficio del otro y todo inmerso en un desolado ambiente, carcomido por una guerra que al parecer el mundo intenta olvidar.
No contento con un relato de guerra o, quizás, seducido por esa suerte de adicción que contrae todo periodista que cubre conflictos bélicos, Sacco nos lleva de Palestina a la ya extinta Yogoslavia para seguirlo mientras trata de comprender el conflicto entre Serbios y Musulmanes, durante los últimos meses de la guerra. Mientras seguimos a Sacco, por una Sarajevo destruida por el conflicto, el autor trata de seguir a Neven, su guía, que a fin de cuentas es El Mediador, un veterano de guerra que sobrevive de la astucia en un territorio en donde la vida a salto de mata es la ley. Joe Sacco, el periodista, es seducido por la personalidad de Neven y se sirve de éste para contar su visión del conflicto, al mismo tiempo el mediador se usufructúa de Sacco para seguir sobreviviendo. El periodista se vale de las historias de su guía para contar cosas que, quizás, son mentira –como le advierten al periodista en contadas ocasiones– pero es innegable que Sacco es un viejo zorro, al igual que Neven, y no es tan fácil engañarlo. Dos personalidades en conflicto: cada uno tratando de sacar beneficio del otro y todo inmerso en un desolado ambiente, carcomido por una guerra que al parecer el mundo intenta olvidar.
Joe Sacco no escatima en recursos para alcanzar
su historia, como es común a todo buen periodista el autor emplea su garra y su
tacto para llegar a sus fuentes, su narración es impecable y tiene un sello de
ética intachable. Como si fuera poco este periodista de guerra, al llegar a su
casa, se sienta meses a preparar sus planchas para un historia en cómic que
refleja todo lo humano y miserable que tiene un conflicto bélico, con un dibujo lleno de detalles y
rico en tramados. Es en ese momento, como lector, cuando uno se pregunta si Joe
Sacco es más periodista o dibujante de cómics, pero para eso el mismo autor
tiene una respuesta: "Hago cómics
periodísticos porque es la mejor manera de unir mis dos pasiones: las
historietas y el periodismo. No tengo ninguna teoría que me permita explicarlo.
Sencillamente, siempre me he interesado por la actualidad, y a veces, suceden
cosas en el mundo que me impelen a hacer algo al respecto. Y lo más útil que se
me ocurre es ir allí e informar qué es exactamente eso que está pasando”.
Álvaro Vélez (truchafrita).
Originalmente en la Revista Universidad de Antioquia, 284 (abr-jun de 2006).
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